Bitcoin en tiempos de guerra: efectos del conflicto en Medio Oriente

Bitcoin en tiempos de guerra: efectos del conflicto en Medio Oriente

La reciente escalada del conflicto entre Israel e Irán ha puesto de nuevo en el centro de la atención mundial la relación entre los eventos geopolíticos y el comportamiento de Bitcoin, la criptomoneda más popular y valorada del mercado. Desde el comienzo de los enfrentamientos en junio de 2025, las tensiones bélicas han provocado fuertes fluctuaciones en el precio de Bitcoin y otras criptomonedas, evidenciando la alta volatilidad de estos activos en contextos de incertidumbre global.

Bitcoin en tiempos de guerra: efectos del conflicto en Medio Oriente

La caída inicial de Bitcoin y Ethereum

El estallido del conflicto trajo consigo un descenso rápido y marcado en el valor de Bitcoin y Ethereum, las dos criptomonedas más importantes por capitalización y demanda. En tan solo 24 horas tras los primeros bombardeos, Bitcoin perdió un 5 % de su valor, bajando de los 108 mil dólares a unos 102 mil, mientras Ethereum sufrió un desplome aún más severo, con una caída del 11 % en el mismo período, pasando de aproximadamente 2.869 a 2.450 dólares.

Este movimiento no fue aislado, ya que la mayoría de las criptomonedas sintieron la presión del mercado. Altcoins como Solana (SOL), Polygon (MATIC) y Avalanche (AVAX) vieron cómo sus precios caían, arrastrados por la depreciación de Ethereum. Sin embargo, algunas criptomonedas centradas en la privacidad, como Monero y Zcash, lograron un incremento en sus cotizaciones, posiblemente por la percepción de que ofrecen mayor seguridad y anonimato en tiempos de crisis.

La geopolítica como motor de volatilidad

Los conflictos internacionales siempre han sido detonantes de volatilidad en los mercados financieros, y el caso de las criptomonedas no es la excepción. Según estudios recientes, incluyendo uno publicado por André Dragosch, jefe de Investigación para Europa en Bitwise, los eventos geopolíticos generan inestabilidad que se traduce en movimientos bruscos en los precios de activos digitales.

La particularidad de este conflicto radica en la presencia de Irán, un país con ambiciones nucleares que ha elevado la preocupación internacional, no solo por la amenaza bélica directa, sino por las consecuencias económicas que implica. La postura de Estados Unidos, que ha amenazado con intervenir militarmente si Irán no acata los términos propuestos por Israel, añade otra capa de incertidumbre, aumentando la desconfianza entre inversores.

Impacto directo en la minería de Bitcoin

Otro aspecto importante a considerar es cómo la guerra puede afectar la minería de Bitcoin, un proceso que depende fuertemente de la energía y de la estabilidad operativa en ciertas regiones. El cierre potencial del estrecho de Ormuz —una ruta crucial para el tránsito del 20 % del petróleo mundial— puede encarecer la energía, elevando los costos para los mineros y, en consecuencia, afectando la rentabilidad de esta actividad.

De hecho, tras ataques directos a bases iraníes, el hash rate o tasa de minado de Bitcoin descendió casi un 30 %, una señal clara de que la minería se vuelve menos rentable o se interrumpe en zonas afectadas. Como explicó el investigador Daniel Baten, este tipo de caídas suele suceder cuando los mineros reciben señales de que sus operaciones no son rentables o cuando se les paga por reducir el consumo de energía.

La reacción de los grandes inversores y la estrategia a largo plazo

Ante esta volatilidad, algunos actores clave del mercado han respondido con movimientos estratégicos. Un caso emblemático es el de MicroStrategy, la empresa liderada por Michael Saylor, que aprovechó la caída de precios para comprar más de mil millones de dólares en Bitcoin, sumando más de 10.000 unidades de la criptomoneda a su cartera.

Aunque no se ha declarado que esta compra masiva tuviera como objetivo manipular el precio, sí reafirma la visión de MicroStrategy sobre Bitcoin como una reserva de valor a largo plazo. Esta estrategia crea un círculo virtuoso: a medida que Bitcoin se aprecia, aumenta el valor de las acciones de la empresa, generando más capital para futuras inversiones.

Bitcoin como refugio en tiempos de crisis

A pesar de la caída inicial, Bitcoin ha demostrado su capacidad de recuperación tras eventos de crisis. Datos históricos muestran que después de conflictos globales, como la guerra entre Rusia y Ucrania en 2022, Bitcoin logró recuperarse y crecer significativamente tras un primer descenso. Incluso, estudios comparativos realizados por Adam Back, CEO de Blockstream, confirman que Bitcoin tiende a superar el desempeño del oro y el índice S&P 500 en los días posteriores a eventos de impacto mundial.

Este comportamiento fortalece la narrativa de Bitcoin como “oro digital”, un refugio de valor en tiempos donde las monedas fiduciarias se ven afectadas por la inflación, la expansión monetaria o la incertidumbre política. En este contexto, expertos como Adam Livingston señalan que la guerra en Medio Oriente, especialmente con la participación de Estados Unidos, puede actuar como un catalizador alcista para Bitcoin.

Esto se debe a que Norteamérica imprimiría dólares para financiar la guerra, lo que incrementaría la oferta monetaria M2 y, sumado al encarecimiento de la energía por el cierre del estrecho de Ormuz, generaría una devaluación fiduciaria que históricamente favorece a Bitcoin. Livingston incluso toma como ejemplo la guerra de Irak en 2003 y los años 2020 y 2021, cuando aumentos similares en la oferta monetaria impulsaron la subida de Bitcoin de 10 mil a 69 mil dólares en cuestión de meses.

La búsqueda de seguridad en activos tradicionales

La guerra no solo impacta en las criptomonedas, sino que también provoca un movimiento masivo de capital hacia activos considerados más seguros y menos volátiles. Durante las tensiones recientes, el oro ha experimentado aumentos constantes, con subidas de alrededor del 1 % diario en su cotización por onza. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos y Alemania también han sido refugios escogidos, pese a que la alta demanda reduce sus intereses.

Monedas como el yen japonés y el franco suizo han ganado protagonismo, aprovechando sus bajos niveles de inflación. Además, el mercado del petróleo y las acciones de empresas energéticas han mostrado actividad, dada la importancia estratégica del recurso en tiempos de conflicto.

Este movimiento hacia activos tradicionales no necesariamente perjudica a Bitcoin. Más bien refleja un panorama económico global marcado por la incertidumbre, donde los inversores buscan diversificar sus riesgos. Bitcoin, a pesar de su volatilidad, es visto cada vez más como una reserva viable dentro de esta estrategia.

¿Qué esperar para Bitcoin en las próximas semanas?

El futuro inmediato de Bitcoin dependerá en gran medida de la evolución del conflicto en Medio Oriente. La reanudación de bombardeos o una escalada militar más severa podrían provocar nuevas caídas, afectando no solo a Bitcoin sino también a criptomonedas menos consolidadas, que podrían sufrir golpes irreversibles.

Por otro lado, si se logra estabilizar la situación o al menos contener la escalada, Bitcoin tiene el potencial de continuar con su tendencia alcista y mantener su papel como refugio de valor. Su naturaleza descentralizada, su oferta limitada y su disponibilidad las 24 horas permiten a los inversores preservar y transferir riqueza incluso en contextos de tensión, donde los capitales pueden verse restringidos o controlados.

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